lunes, 20 de octubre de 2008

Me arde!!!

Hemos terminado con la etapa del rodaje. Fue bastante laborioso y agotador sin embargo pudimos cumplir con casi todas las metas que nos propusimos en los dos días.
Hicimos un plan de rodaje lo cual nos ayudó muchísimo en la organización, y además permitió que pudieramos terminar todo con bastante dinamismo.
Tuvimos algunos inconvenientes, como el que venga la policía y nos diga que los vecinos se molestaban porque teníamos el auto en la plaza... pero por suerte nos dejaron terminar de filmar los dos días.
Con el croma nos manejamos bastante bien. El primer día nos llevó mucho más tiempo lograr montarlo sobre el arco y dejarlo bien liso, pero ya el segundo día lo hicimos más rápido; lo mismo sucedió con el maquillaje.
Realmente pudimos llegar a grabar todo pero no mucho en la forma en que queríamos. Las partes más difíciles como la lucha entre Raymond y Herbert( que supuestamente era a lo bestia) fue violenta pero no tanto... así como también la parte en que quieren quitar el chaleco a la chica muerta. Hicimos bastantes tomas del forcejeo, pero no creo que se note como una segunda violacion, que es justamente lo que queríamos mostrar...


Espero que todo salga bien o_O


viernes, 17 de octubre de 2008

Nuevo Guión

Escena: 1 - INT - Coche - Mañana - Herbert y Raymond

Raymond junto a Herbert están viajando por una ruta abandonada en medio del desierto pampeano. Dentro del auto, con las ventanas cerradas, Raymond duerme mientras que Herbert conduce escuchando música suave.
Herbert cambia de estación de radio a la de noticias, por lo que Raymond comienza a despertarse.

RAYMOND
(Somnoliento)
Buenos días Herbert
(Bostezando)
¿Cuánto tiempo dormí?

HERBERT
(Lo mira y con buen humor dice)
Una diez horas.

Raymond se pasa la mano por los ojos, los abre y los cierra intentando despertarse. Mira su reloj.

RAYMOND
(Con los ojos entrecerrados por su reciente despertar)
Te ves cansado. ¿Querés que maneje yo?

HERBERT
(Lo mira unos segundos. Observa que Raymond aun no esta despabilado por completo y haciendo una mueca)
No esta bien, yo sigo un rato mas.

Raymond se asoma hacia el asiento de atrás y agarra un taper con sobras de comida.
RAYMOND
(Acomodándose y abriéndolo)
Todavía hay pollo ¿Querés?

HERBERT
(Disimulando su asco con humor)
No, gracias.

RAYMOND
(Comiendo las sobras, mira burlonamente a Herbert mientras las mastica)
Mmmmmm Vos te lo perdés…

HERBERT
Ja, ja, ja, que tarado
Herbert y Raymond ríen juntos, Cuando se percatan de una alerta en la radio. Ambos quedan en silencio escuchando.

RADIO
“… que una nueva tormenta solar azotará al planeta. Solicitamos a quienes estén en la superficie terrestre, permanezcan en sus refugios inmediatamente. En 10 horas, con los dos soles en el cielo, la temperatura aumentara unos 20 grados centígrados… ”

La radio sigue dando datos sobre el acontecimiento. Raymond observa el termómetro y su reloj. Mira preocupado a Herbert.
HERBERT
(Con seguridad)
No te preocupes. En cuatro horas llegamos.

Escena: 2 INT - Coche – Media mañana - Herbert y Raymond

Un zumbido muy leve se escucha. Raymond se encuentra manejando. Herbert duerme. El sonido constante empieza a ser captado por Herbert y tras unos segundos despierta asustado.

HERBERT
(Confundido, mira a Raymond)
¡¿Escuchas eso?!

RAYMOND
¡¿Que cosa?!

HERBERT
Ese ruid…
Una explosión interrumpe a Herbert. El auto pierde velocidad lentamente. Por debajo del capote sale humo.

RAYMOND
¿Fue el motor?

HERBERT
(Perplejo por lo sucedido. Grita muy enojado)
¡Pedazo de animal estúpido!... ¡El sistema de enfriamiento no estaba funcionando!

RAYMOND
(Desconcertado)
Pero no hice nada…

HERBERT
(Con la cara entre sus manos, casi al borde del llanto)
¡Fundiste el motor! ¡Dios!... Ahora estamos muertos… ¡En siete horas nos vamos a quemar vivos!
Raymond mira a Herbert unos segundos. Cabizbajo comienza a entender la situación en la que se encuentra y sale del auto.

Escena: 3 EXT - Ruta – Cerca al mediodía - Herbert y Raymond

El auto de Herbert se encuentra vació, con las puertas abiertas y el capote abierto, aún lanzando humo. En el vidrio se ve a Raymond y Herbert reflejados, caminando por la ruta. Caminan a paso lento, con las remeras mojadas en sus cabezas. Herbert lleva un bidón con agua en su mano. Raymond, una mochila en su espalda, y en una mano, un mapa.

Escena: 4 - EXT - Ruta - Mediodía (Media hora mas tarde) - Herbert y Raymond

Aún caminan por el desierto. El sol se encuentra mucho más alto, casi sobre sus cabezas. En el horizonte, un segundo sol comienza a salir. Sus caras y cuerpos están rojos debido al calor.
El silencio total del desierto se ve interrumpido por un único sonido: la caída del bidón vació en la arena. Delante de éste, Herbert y Raymond continúan caminando, agotados.

Escena: 5 - EXT - Ruta – Medio día (Mas tarde) - Herbert y Raymond

Raymond, mientras camina, suelta la mochila, dejándola caer. Junto a Herbert, continúa caminando.

Escena: 6 - EXT - Ruta – Comienzo de la tarde - Herbert y Raymond

El sudor recorre los rostros de los dos. Las remeras en sus cabezas están secas.
Ambos caminan muy lento y tienen un bronceado muy brusco. Las piernas de Herbert tiemblan y Luego cae de rodillas sobre la tierra reseca. Sin siquiera mirar, Raymond camina lentamente a su lado, sin fuerzas.

HERBERT
(Apoyando sus manos en el piso, con el rostro hacia abajo y los ojos cerrados)
Desgraciado… si hubieses estado atento…

Raymond Da un cuarto de vuelta hacia herbert y su vista se pierde en el horizonte.
RAYMOND
(Con la voz seca, casi murmurando)
… auto…

HERBERT
(Mirando a Raymond enojado)
Mi auto estaba bien… seguro vos lo…

RAYMOND
(Aclarándose la voz, retomando fuerzas y señalando a un costado)
…no… Un auto…
Raymond y Herbert miran fijo un auto abandonado a un costado del camino a unos 100 metros. Sus puertas traseras están abiertas.
Raymond comienza a correr, y Herbert lo sigue. Sus ojos están completamente abiertos. El cansancio sigue presente, pero ellos nuevamente tienen fuerzas.
Raymond llega a la puerta del conductor. Cuando intenta abrir la puerta, Herbert lo empuja de un costado.

HERBERT
(Mirándolo mientras abre la puerta)
Esta vez manejo yo

Herbert entra al auto, se percata de lo que hay en el asiento trasero pero no le da importancia y cierra la puerta. La llave está puesta. Raymond se dirige a la puerta trasera, que se encontraba abierta.
Herbert lleva su mano a la llave. Al girarla, se escucha el ruido de un motor ahogado.
RAYMOND
(Sorprendido)
Una mujer…

Herbert vuelve a intentar arrancar el auto.
RAYMOND
(Repitiendo, sin quitar la vista del asiento trasero)
Herbert, una mujer…

Herbert vuelve a intentar, dando vuelta la llave mientras ignora a Raymond. El ruido de motor seco vuelve a escucharse.
RAYMOND
(Gritando a Herbert, quitando la vista del asiento trasero)
¡¡Herbert!!

HERBERT
(Responde gritando, mientras golpea el volante del auto)
¡¿Qué querés que haga?! ¡Debe estar muerta!

Herbert abatido por no poder arrancar el auto baja la cabeza mientras apoya sus brazos sobre el volante.
Una mujer se encuentra tirada en el asiento trasero, acostada a lo largo. Su vestido está torcido, y sus medias, rotas. Su pelo se encuentra despeinado y tiene sangre y varios moretones pero su piel esta blanca y sin sudor. Debajo de su vestido, un chaleco abierto.

RAYMOND
(Mirando el chaleco)
Pero… tiene un chaleco termostático…
Herbert levanta la cabeza lentamente. Raymond queda en silencio. Están así unos segundos y de repente se abalanzan sobre este. Ambos forcejean por la mujer y su chaleco, desgarrando algunas partes del vestido. Herbert tira del torso de la muchacha. Mientras Raymond la toma por las piernas. Herbert pierde parte de la mujer y Raymond trata de tomarla del chaleco. Herbert intenta quitarle la mano pero Raymond se suelta. Herbert suelta a la chica como si se diera por vencido, sale del asiento del conductor, y empujando la puerta trasera golpea a Raymond. Este cae al suelo. Mientras Herbert lo mira, Raymond se levanta.

RAYMOND
(Grita, enojado)
¡¿Vas a matar a tu cuñado?!
Raymond embiste a Herbert, tirándolo al suelo y cayendo sobre Herbert. Lo golpea sin parar hasta que Herbert se lo saca de encima con un puñetazo. Herbert queda incómodamente sobre Raymond y le da codazos como puede. Raymond se lo quita de encima y toma liderazgo. Herbert aleja a reymond sujetando su cuello y su brazo derecho. Reymond golpea a Herbert en la cara.

RAYMOND
(Gritando)
¡Compartamos el chaleco Herbert!

HERBERT
(Responde gritando, resignado)
¡Está bien! ¡Está bien!

Raymond queda sobre él unos segundos y se levanta, dejando a Herbert en el piso. Voltea, dirigiéndose al auto.
Herbert se levanta también y se acerca por su espalda. Reymond frente a la puerta trasera del auto comienza a sacar a la mujer. Herbert embiste a Raymond por la espalda. Este cae adentro del auto, golpeándose el cuello contra el marco de la puerta, desnucándose.
El cuerpo muerto de Raymond cae a los pies de la mujer. El cuerpo tiene la cabeza fuera de lugar. Herbert mira confuso los dos cadáveres.

Escena: 7 - EXT - Desierto – Plena tarde - Herbert

Herbert se encuentra caminando. Lleva puesto el chaleco termostático, y la remera en su cabeza. Esta totalmente rojo y con apoyas. Sobre él, dos soles. Uno por entrar con normalidad el otro sufriendo los comienzos de la tormenta solar.
Arrastra los pies sin fuerza por unos metros. Agotado, cae al suelo de frente.
El cuerpo queda tirado allí.

domingo, 12 de octubre de 2008

Guión

Escena: 1 - INT - Coche - Mañana - Herbert y Raymond

Raymond junto a Herbert están viajando por una ruta en medio del desierto. Dentro del auto, con las ventanas cerradas, Raymond duerme mientras que Herbert conduce escuchando la radio.

RAYMOND
(Con los ojos todavía cerrados)
¿Cuánto tiempo dormí?

HERBERT
(Lo mira de reojo mientras intenta concentrarse en el camino)
Casi un día entero

Raymond se pasa la mano por los ojos, los abre y los cierra intentando despertarse. Mira su reloj.
RAYMOND
(Bostezando)
Te ves cansado. ¿Por qué no me dejas manejar a mí?

HERBERT
(Haciendo una mueca)
No deja. Yo sigo, estoy bien.

Raymond se acomoda nuevamente en el asiento y acomoda el ventilador hacia él. Mira por la ventana. Herbert tararea una canción que pasan en la radio sin retirar sus ojos ojerosos del camino. Raymond se asoma hacia el asiento de atrás y agarra un taper con sanguches. Le convida a Herbert.

HERBERT

(Mirándolo con cara de asco)
Mmm paso. La hamburguesa que comí a la madrugada no me cayó muy bien.

Raymond hace una pequeña carcajada.

RAYMOND
(Comiendo el sanguche)
Vos te lo perdés

HERBERT
(Sonriendo)
En serio, no quiero.

RAYMOND
(Masticando, mira irónicamente a Herbert mientras disfruta del sanguche)
Mmmmmm

HERBERT
Ja, ja, ja, que tarado

Herbert y Raymond ríen juntos. Raymond le ofrece agua a Herbert. Este le acepta y toma.

Escena: 2 INT - Coche - Mediodía - Herbert y Raymond

Raymond se encuentra manejando. El sol pega en la cara de Herbert, lo cual no lo deja dormir. Se pone las gafas. De repente un ruido fuerte se escucha desde la parte de adelante del auto. Herbert se sobresalta y mira hacia delante con los ojos bien abiertos. Raymond detiene la marcha y apaga el motor.

HERBERT
(Boquiabierto, se quita las gafas, mira a Raymond)
¡¿Qué pasó?!

Raymond permanece callado e inmóvil con los ojos bien abiertos.

HERBERT
(Sacudiendo a Raymond)
¡La puta madre! ¡¿Qué pasó?!

RAYMOND
(Alterado)
No sé, ¡¡No sé!!

Herbert abre rápidamente la puerta del auto y camina hacia delante de este para abrir el capote. Raymond casi estupefacto copia los pasos de Herbert.

Escena: 3 EXT - Ruta - Mediodía - Herbert y Raymond

Los dos frente al auto, abren el capote.

RAYMOND
(Con cara de asco por el humo)
¿Es el motor?

HERBERT
(Intentando revisar, se desespera)
¡No! ¡Es el refrigerador automático!

RAYMOND
(Asustado, retrocede unos pasos)
No puede ser. Es imposible. Revisé todo antes de salir. ¡¿Cómo se va a romper?!

Herbert se queda pensando mientras Raymond se agarra la cabeza, mira para todos lados.

HERBERT
(Empujando a Raymond)
¡Es tu culpa!

RAYMOND
(Reaccionando al empujón)
¡¿Eh?! ¿De qué hablas?

HERBERT
¡Siempre arruinás todo!

RAYMOND
¡Yo no hice nada! Cómo carajo te pensás que voy a romper el refrigerador, ¡¿estás loco?!

HERBERT
Yo sabía que no tenía que dormir, ¡lo sabía! Estaba seguro que algo iba a pasar.

RAYMOND
¡Basta! Dejate de joder queres. Ya te dije que no hice nada.

HERBERT
(Gritando y finalmente cayendo al suelo arrodillado)
¡¿Basta?! … ¡¿Basta?! ¡Se rompió! ¡Por dios! ¿Cómo te pensás que vamos a llegar ahora? ¡Ya está! No tenemos aire, no tenemos auto… estamos muertos.

RAYMOND
¡¿Pero te crees que soy estúpido?! ¿Te crees que no sé que casi no vamos a poder soportar la temperatura?

HERBERT
(Mirando al cielo)
¡No puede ser! ¡¿Por qué?!

RAYMOND
(Poniendo una mano sobre el hombro de Herbert)
Tranquilízate, de alguna manera vamos a llegar.

HERBERT
(Quita violentamente la mano de Raymond de su hombro y se levanta)
¡No te soporto más! ¡Vos y tu esperanza de mierda! Cómo te pensás que vamos a llegar, faltan como ...Km. hasta casa.

RAYMOND
(Intentando mantener la calma)
Para empezar no ganamos nada estando así. Voy a revisar el mapa.

Escena: 4 - INT - Coche - Mediodía - Herbert y Raymond

Raymond entra al auto. Saca de la guantera un mapa, lo abre. Herbert se sienta en el asiento del acompañante esperando que Raymond diga algo.

RAYMOND
(Marcando el camino sobre el mapa con el dedo)
Bueno, tenemos que seguir derecho unos ...Km., y en la bifurcación tomar a la izquierda, de ahí no serán más que 3 horas.

HERBERT
(Negando con la cabeza)
No vamos a aguantar. Nos vamos a quemar vivos. No vamos a aguantar.

RAYMOND
¿Cuánta agua nos queda?

HERBERT
(Mira para atrás y revisa)
Tenemos 5 bidones más un par de botellas.

RAYMOND
Podemos hacerlo. Guardemos todo.

Herbert y Raymond guardan la comida, los regalos y el agua en sus mochilas. Se ponen sus viseras, sus gafas, Bajan del auto y comienzan a caminar.

Escena: 5 - EXT - Ruta - 2 de la tarde- Herbert y Raymond

Raymond y Herbert se encuentran caminando bajo el sol por la ruta. Cada uno carga con dos bidones de agua.

Escena: 6 - EXT - Ruta - 3:30 de la tarde - Herbert y Raymond

Las gotas de sudor no paran de recorrer los pómulos y la frente de los dos. Cada uno lleva un bidón de agua. Sólo tienen puestos sus pantalones. Utilizan su remera para secar el sudor. Herbert camina casi arrastrando los pies. Mira hacia el piso. Raymond camina erguido. Raymond visualiza algo, entrecierra los ojos aminorando su marcha. Comienza a correr. Herbert levanta la mirada y ve a Raymond corriendo hacia un auto abandonado. Sus ojos se abren del todo, tomando fuerzas corre, jadeando, lo más rápido que puede hacia el auto. Raymond queda parado al lado de la puerta trasera del auto. Herbert lo pasa y se mete en el auto, sentándose en el asiento del conductor. Busca las llaves. Raymond ve una mujer muerta en el asiento trasero.

RAYMOND
(Con tono bajo, alejándose un poco del auto)
Herbert

Herbert logra encontrar las llaves, las coloca, pero el auto no enciende. El sonido se repite unas 5 veces. Raymond con los ojos bien abiertos, agarra del brazo a Herbert.

HERBERT
(Lo mira)
¿Qué?

Mira para atrás, pega un sobresalto. Sale del auto. Los dos se quedan mirando a la chica.

RAYMOND
¿Qué crees que le pasó?

HERBERT
La atacaron

Raymond mira hacia los costados cerciorándose que no haya nadie.

HERBERT
Tenemos que apurarnos. No podemos perder tiempo. Agarra todo lo que nos sirva así nos vamos rápido de acá.


Escena: 7 - INT - Coche abandonado - 4 p.m. - Herbert, Raymond y la muerta

Raymond asiente con la cabeza. Va hacia el asiento de adelante y agarra botellas de agua, Herbert se encuentra paralizado mirando a la chica. Observa el chaleco refrigerante de ella. Mira a Raymond. Mira a la chica y se lo saca.

RAYMOND
¿Qué haces?

HERBERT
(Quitándoselo)
Ya no le sirve. Está muerta.

Los hombres luchan. Deciden utilizar el chaleco media hora cada uno.

Escena: 8 - EXT - Ruta - atardecer - Herbert y Raymond

Herbert y Raymond caminan en la ruta. No hablan. Están exhaustos. Bañados en sudor. Herbert lleva puesto el chaleco. Raymond cae al piso.

RAYMOND
(Apoyado en cuatro patas sobre el suelo)
Herbert

Herbert vuelve hacia él e intenta ayudarlo a pararse. Lo logran. Raymond cae nuevamente. Herbert se aleja.

RAYMOND
(Lloriqueando)
Ayúdame

HERBERT
(Caminando y en voz baja)
Lo siento

Herbert se aleja caminando mientras que Raymond termina de dar sus últimas bocanadas de aire yacido sobre el asfalto.

2º FINAL


Escena: 7 - INT - Coche abandonado - 4 p.m. - Herbert, Raymond y la muerta

Raymond asiente con la cabeza. Va hacia el asiento de adelante y agarra botellas de agua, Herbert se encuentra paralizado mirando a la chica. Observa el chaleco refrigerante de ella. Mira a Raymond. Mira a la chica y se lo saca.

RAYMOND
¿Qué haces?

HERBERT
(Quitándoselo)

Ya no le sirve. Está muerta.

Acá forcejean fuera del auto a ver quién va a utilizar el chaleco. En un instinto de ira Herbert mata a Raymond y termina dejando el cuerpo de su cuñado junto al auto con la chica muerta.

Escena: 8 - EXT - Ruta - atardecer - Herbert y Raymond

Herbert camina sólo en la ruta. Empapado de sudor. Cae al piso.
Bueno, como bien escribió Favio en su blog, nuestra nueva y definitiva historia se desarrollará en un desierto construido digitalmente.

sábado, 11 de octubre de 2008

Viaje

Hacían cincuenta grados fuera del auto, este invierno se tornaba menos caluroso que otros años. El invierno era la única época del año en que podiamos movernos de una ciudad a otra, así que aprovechamos a volver a mi hogar, junto con mi cuñado. La ruta despedía tanto calor como una plancha para ahumar pero en el auto, con el aire acondicionado y los chalecos refrigeradores, teniamos unos diez grados menos. Era un paraiso ahi adentro.
El hermano de mi mujer dormia en el asieto del acompañante, era un tipo agradable, vivía en los campos subterraneos y como todos estaba dedicado al cultivo de semillas. Mi auto, un Renault diecinueve, era como de hace 60 años, una chatarra andante como pocas. No es que sea malo, en realidda pocas cosas le quedaban de clasico, le había hecho varios cambios desde que lo compre.

Puse la estación del noticiero cuando Reymond despertó, mirandome de reojos dijo: - Buenos días Herbert. Reymond, mi cuñado, había dormido 28 horas, casi un día entero. -¿Cuanto tiempo dormí?- preguntó. -Casi un día entero- respondí. Se miro el reloj como para salir de dudas y luego me pregunto si quería que él maneje. Lo mire dos segundos y le dije que no se molestara. Lo cierto es que al ver lo adormilado que todavía estaba, prefería seguir yo unas horas más.
Raymond preuntó con voz baja ¿Cuanto falta para llegar Herbert?
Me encontraba tan distraído con las noticias que no lo escuche; pregunte por Mayory, mi mujer. El hombre no contesto con muchas ganas y solo dijo que no había estado en casa por algún tiempo. Al rato nos pusimos a hablar de nuestros casamientos y anecdotas, entrábamos en carcajadas muy escandalosas y luego en silencios pronunciados. En uno de esos silencios la voz de la radio dio una noticia un tanto preocupante. El segundo sol había aumentado unos quince millones su energía calórica, lo que significaría que harían de ocho a diez grados mas cuando el antiguo sol comience a entrase y el nuevo empiece sus ocho horas diarias. Eso pasaría en casi diez horas por lo que no le dimos mucha importancia, de todos modos nosotros llegaríamos en cuatro horas aproximadamente hasta la otra ciudad.

Me encontraba dormido en el asiento del acompañante cuando me despertó un silbido muy suave de pava. El enfriador pensé. Y le pregunte a Reymond, que se encontraba manejando, si escuchaba ese silbido. -No- me respondió. Entonces algo se quebró. El sonido había sido tan fuerte en aquel desierto que incluso produjo eco. Ninguno de los dos dijimos nada mietras el auto se detenia por inercia. Podía pasar una estampida, una tormenta de arena y un rayo podía caerme y ni asi reaccioaría. Entones Reymond me pregunto si estaba bien. -¡Pedazo de animal entupido!- le respondí, yo sabia bien que había pasado, el sistema de enfriamiento había dejando de funcionar y las partes de metal mas endebles del motor se habían roto. Estábamos muertos. En siete horas llegaría el segundo sol y simplemente nos cocinaríamos. Así se lo explique a Reymond, a los gritos. El dijo que yo tenía la culpa por no revisar el auto antes de salir. Yo había revisado bien el auto, me resultaba ilógico pensar en que el sistema se hubiera estropeado sólo. Algo debía haber hecho Reymond mientras yo dormía. Los dos nos callamos después de eso. Apoye mi cabeza en mis brazos y mis brazos en el tablero del acompañante. No sabia que hacer. Creo que así estuve una hora entera o quizá más, mientras, Reymond trataba de imaginar algún bunker o establecimiento de repuesto en el mapa. Comencé a llorar y reymond trataba de calmarme. Entupido hombre de campo con su esperanza todavía erguida pensaba. Salio del auto y abrió el capo. Yo también salí y nos quedamos viendo aquel espectáculo de tubos, metal y agua hervida que salía de varios rincones.

-Nada ganamos con estar aquí parados- dijo reymond. Y me propuso seguir caminando hasta encontrar ayuda. Si suponemos que no fuéramos humanos y pudiéramos llevar una velocidad constante de ocho kilómetros por hora nos llevaría once horas llegar a la ciudad de mi mujer. En todo caso resultaba imposible porque desgraciadamente somos humanos, le dije a reymond. El segundo sol estaría arriba nuestro en unas siete horas. Sin dirigirnos la palabra caminábamos sobre la ruta. Aquel trayecto sencillo se había convertido en un suicidio. Caminamos durante cuatro horas cuando empezamos a sentir demasiado calor. Nuestros chalecos temporizadores habían trabando al máximo durante esas ultimas cuatro horas y cada molécula que la componía ya no brindaba los siete grados menos que nos mantenían frescos. Para cuando vi a mi cuñado ya estábamos rojos como tomates y caminando tan lento como una babosa. No teníamos ni una gota de sudor ni más agua en la botella. Era obvio que moriríamos y con mucho esfuerzo le dije a Reymond -Desgraciado, si hubieras estado mas atento al auto no estaría pasando esto-. Reymond se detuvo frente a mí, parecía como si me mirara, en realidad era como si estuviera visco y mirara ligeramente desviado a la izquierda. -¡auto!- Gritó. A lo que le conteste que mi auto estaba en perfecto estado y seguramente el había hecho alguna idiotez que recalentó el enfriador. -No, un auto- insistió. Y señalo detrás de mí, hacia el horizonte fuera de la ruta.

Me di vuelta y vi, a unos ciento treinta metros la silueta de un auto detenido muy lejos. Corrimos como locos hacia el, no se de donde sacamos fuerzas. Reymond trato de entrar al asiento del conductor tan rápido como pudo pero yo no lo deje, de un empujón lo tire al suelo -Esta vez manejo yo- acoté. Reymond bastante molesto se levanto y encontró en el asiento de atrás una mujer recostada a lo largo. Yo no le hice caso y solo me concentre en arrancar el motor, pero no había caso. Una y otra vez el motor sonaba y reymond gritaba -una mujer-. Cuatro veces tocamos esa canción motor y grito, hasta que golpee el volante y pegue un grito seco -¡Reymond! ¡¿Qué diablos quieres que haga con la mujer?!, ¡esta muerta!, déjala en paz.- Tal vez por ingenuidad o porque el pensaba en otra cosa suavemente dijo -Tiene un chaleco...- Los dos callamos un par de segundos, el chaleco seguramente había dejado de andar cuando la mujer murió, era seguro que todavía servia, el problema es que solo había uno. Por un instante imagine una situación en la que los dos le sacábamos el chaleco y lo revisábamos como caballeros, pero eso no paso. Con la velocidad de un relámpago yo tome las manos de la mujer desde adentro del auto y Reymond las piernas por la puerta trasera. Ambos queríamos el chaleco. Tironeamos como animales. Arrancábamos pedazos de su vestido y ninguno de los dos lograba acercarse al chaleco. Poco nos importo estar tratando con un cadáver, lleno de sangre, con sus ojos todavía entreabiertos y el rostro aun dulce de lo que alguna vez fue. Tironeábamos, forcejeábamos y sacábamos nuestras manos del cuerpo por turnos. Después de varios minutos, fui yo quien soltó el cuerpo primero. Reymond aprovechaba a sacarla por la puerta y debo decir que también fui yo el primero en asestar un golpe. Tire a reymond uno 2 metro para atrás del auto y me quede mirándolo. Se levanto enseguida y con toda su fuerza me toreo. -Piensas matar al hermano de tu esposa- gritaba mientras me emboscaba. Ambos caímos a un costado del auto, nos golpeábamos en todas partes, nos agarrábamos de los pelos, de verdad éramos animales. Los pies de la mujer parecían los únicos espectadores desde la puerta abierta del auto. Tras varios minutos de forcejeo Reymond grito -Compartamos el chaleco Herbert!- Y tres segundos después mientras me golpeaba respondí - Esta bien, esta bien. Él, descanso sus puños. Ciertamente estaba perdiendo esa pelea.

Después de esto nos alejamos del auto, habíamos tratado de arreglarlo de varias formas pero fue inútil. En el camino nos turnamos cada media hora el uso del chaleco y caminamos por cuatro horas más. Nuestro aspecto era deplorable. El segundo sol abandonaba el horizonte donde se posaba y chaleco que compartiamos estaba totalemente inservible. Yo mire mi reloj por última vez, eran las cuatro de la tarde y caí al suelo boca arriba. Reymond cayó unos metros mas adelante. Le pedí perdón por todo lo que había hecho y me desmayé. Antes de eso creo haber escuchado el sonido de un helicóptero.

lunes, 6 de octubre de 2008

Posible Estructura del personaje

Personaje: Kevin
Edad: 24 años
Es delgado, pelo lacio y castaño claro. Usa Anteojos.
Junto con sus padres Francis y Lisey, eran una familia muy unida; hasta que a los 4 años de edad de Kevin, sus padres mueren en un accidente y Kevin es llevado con una familia adoptiva, su vida cambia para siempre.
Los 7 años en la primaria no fueron fáciles. Kevin era un chico muy curioso, siempre metiéndose donde no debía. Espiando a los vecinos de su cuadra. No obedecía ordenes. Pasó el secundario, y una vez terminado este, Kevin se va a vivir solo. Lejos de su familia adoptiva con quienes nunca había llegado a tener una relación bastante profunda. Es una persona solitaria. Trabaja en una empresa de computación. Es muy inteligente. Es analista de sistemas.
Un día navegando por internet, descubre una página. Simbolos. Es un programa que guarda archivos secretos. Descubre la organización que vende Tiempo.
Es insentivado por su instinto y al conocer todo esto de la venta del Tiempo, imagina usandolo para su beneficio. Comienza a investigar a cada una de las personas involucradas, hasta que consigue saber exáctamente la ubicación del lugar de reunión.

domingo, 5 de octubre de 2008

Primeras ideas

Pensar en realizar una transposición sobre Ballard y Goya no fue nada sencillo. Son muchos los conceptos que rescatamos de la literatura escrita por James Graham y son bastantes los modos de interpretar las pinturas de Goya.
Finalmente decidimos por comenzar a analizar a nuestro queridísimo Ballard para basarnos en nuestro relato y en Goya para decidir y conformar una estetica en particular, además de tener en cuenta los temas que trata en sus grandes obras.

Ideas:

a) Frase: "Comprar tiempo en un kiosko"
A partir de aquí, varias ideas fueron surgiendo. Una persona (un chico) va a un kiosko y el hombre vende tiempo. Por ejemplo, si uno necesita una hora más para algo.. va y la compra! Sisi, es delirante, es buena! es interesante. Sin embargo, dispara varias preguntas, por ejemplo:
¿cómo es este tiempo que se compra, qué forma tiene, cómo se usa?

Idea: Cada vez que uno usa una hora de tiempo comprado, es una hora que se quita a su propia vida. Entonces envejecería prematuramente. A su vez, el tiempo que compra la persona solo puede ser usado por ella, esto quiere decir que el mundo sigue igual. Entonces esta persona envejeería más rápido mientras los demás siguen siendo jovenes....


b) Un chico se levanta a la mañana en su cuarto. Cuando baja las escaleras encuentra a toda su familia muerta. El contexto es un lugar oscuro.

c) Una catastrofe mundial, una porcion de los habitantes sobreviven en el mundo devastado. El tema con esta idea, es que no sería algo demasiaado alejado de los cuentos que escribe Ballard... un ejemplo "El mundo Sumergido". Creo, a mi entender, que esto no es transponer.

jueves, 2 de octubre de 2008

Mesas

J.G.Ballard:

Francisco de Goya:



Estas no son las fotos finales.... tengo otras que saqué yo. Ya las voy a subir.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Nuevo trabajo

Luego de varias propuestas hemos elegido, de cada lista, a James Graham Ballard y a Francisco de Goya.

James Graham Ballard

Es un escritor de ciencia ficción y de lo fantástico. En general en sus obras relata hechos de catástrofes medioambientales (como en el libro "El Mundo Sumergido") como también del efecto de la evolución tecnológica en el hombre. Sus obras se basan en distopías, en relatos ficticios, generalmente proyectados en un futuro cercano, donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos. Sin embargo tambien escribió novelas que se diferencian de estos temas, como "Crash" llevada al cine por David Cronenberg o "El Imperio del Sol", que fue llevado al cine por Steven Spilberg, película en la cual se cuenta la historia misma de Ballard cuando era chico, quien viviendo en Shanghai, fue llevado a un campo de concentración japonés.

Francisco de Goya